La Fiscalía pide una condena de tres años de cárcel para el autor del vídeo viral de la Policía entrando en un piso en Palma de Mallorca durante el confinamiento.

En un escrito al que ha tenido acceso laSexta, el ente judicial acusa al joven de delitos de calumnias y desobediencia a la autoridad. También solicita indemnizaciones en favor de los policías afectados por valor de 3.000 euros. Cabe recordar que en diversas entrevistas aseguró que dichos agentes no tenía autorización para entrar en su domicilio.

Ahora, el Juzgado celebrará en octubre una vista previa al juicio para tratar de alcanzar un acuerdo entre las partes. Desde el sindicato policial Jupol solicitan para el acusado, de 27 años, tres años de cárcel y una multa de 5.400 euros por presuntos delitos de desobediencia, contra la intimidad, calumnias e injurias.

Los hechos tuvieron lugar el pasado 9 de mayo de 2020, cuando Mallorca todavía estaba en la fase 0 de la desescalada. Esa noche, los vecinos denunciaron ruidos en el edificio, según apuntaban, por una fiesta ilegal que estaba teniendo lugar. Fue en el momento en el que los agentes acudieron cuando el joven optó por grabarles en su teléfono móvil.

Los agentes acusan al joven de tener una actitud "chulesca"

Los agentes y el hombre denunciado ofrecieron versiones contradictorias de cómo se produjo la entrada en el piso. En esta línea, los sindicatos policiales aseguran que otra persona que se identificó como residente en el piso había autorizado a los agentes a entrar. En la vivienda estaba el ahora investigado, que grabó lo que ocurría y pidió a los agentes que se marchasen.

Por su parte, el hombre rechazó identificarse ni dejar de grabar porque defendía que estaba en su derecho. Argumentó que no tenían una orden judicial, y negaba que se les hubiera dado permiso para entrar, por lo que en el vídeo les acusa de haber entrado "por la fuerza". En las imágenes, el hombre dice que llevados meses viviendo en el piso, mientras que los policías mantienen que no es su casa.

De hecho, en el escrito la Fiscalía apunta que el autor del vídeo estaba en un piso en el que no residía "con pleno conocimiento de que estaba quebrantando las restricciones establecidas". Concretamente, el estado de alarma prohibía abandonar la vivienda habitual a no ser que fuera por razones de necesidad.

Junto con eso, los agentes del Jupol añaden que, durante todo el suceso, el acusado manifestó ser abogado de forma "vacilante, chulesca y para nada colaboradora". Asimismo, también señalan que en el vídeo difundido en redes sociales "se podía ver perfectamente el rostro" de los agentes, y que suscitó "todo tipo de debates y comentarios, muchos de ellos calumniosos e injuriosos para los agentes y el Cuerpo Nacional de Policía".