Este tipo de partos se desarrolla en bañeras donde el agua se mantiene a unos 37ºC para favorecer la dilatación de la mujer. A la hora de dar a luz, la mujer va a encontrar alivio por la flotación y por el agua caliente, que relaja su musculatura.

Tanto para la madre como para el recién nacido todo son ventajas, ya que se encuentra con un ambiente íntimo y con la presencia del padre y una matrona. Además, en los partos bajo el agua no existe medicación.

Por estos motivos los expertos no se cansan de aconsejar este tipo de prácticas para dar a luz, ya que acaban siendo la me mejor elección para el bienestar de madre e hijo.