Los progenitores han
pedido a la juez que investiga el caso, el Juzgado de Instrucción número 10 de
Málaga, nuevas diligencias de investigación al cuestionar una serie de
razonamientos que exponen los agentes en el informe de cómo sucedieron los
hechos y donde confirman la hipótesis inicial de que su muerte fue accidental.
Los investigadores
mantienen que la niña anduvo algo más de cuatro kilómetros entre los raíles, se
recostó sobre los balastos y fue golpeada por el primer tren de la línea
Cercanías C2 de la mañana entre las seis y las siete de la mañana del pasado 28
de julio.
Los padres consideran
que en el informe no se explica cómo la menor pudo hacer ese "arduo
recorrido" sin ni una sola lesión en sus rodillas y mínimas y casi
inexistentes en manos, brazos y piernas. También les sorprende que no se
investigue la aparición de un bote de cloroformo a escasos metros del lugar de
la desaparición y el coche que estuvo aparcado en la zona, vehículo que podría
coincidir con el que un testigo manifestó ver a alta velocidad en dos ocasiones
por el pueblo.
En el escrito presentado
ante la juez instructora recuerdan además que el grupo de profesionales que
rastreó la zona no halló durante más de cuatro kilómetros "ni un solo
indicio de que la niña hubiese andado por allí".
Así como que no hay ADN
de la pequeña en ninguna de las muestras analizadas de los bajos del tren y no
existe estudio histopatológico de las heridas, por lo que se preguntan quién
les garantiza que las mismas las haya producido el tren. Para la familia lo que
sucedió a trescientos metros del lugar de aparición del cuerpo sin vida de la
pequeña "es un cúmulo de interrogantes a los que ninguna diligencia
practicada da respuesta".
Por todo ello, piden que
se remita la totalidad del procedimiento a la Unidad Central Operativa de la
Guardia Civil para que lleven a cabo una investigación que busque dar respuesta
a la "multitud de interrogantes" que aún existen.
Así como se mande un
oficio a la Policía local de Pizarra a fin de que informe de la realidad del
hallazgo de un bote de cloroformo y que se busquen huellas dactilares. Por otra
parte, piden que se lleve a cabo a través de los investigadores la
geolocalización de los teléfonos móviles encendidos en la zona donde
desapareció la pequeña y se identifique a los titulares y su participación o no
en la búsqueda.