Los incendios forestales, por desgracia, se han convertido ya en algo habitual en nuestro país durante los meses de verano. Sin embargo, la calcinación de hectáreas de vegetación no son el único riesgo, la disminución de visibilidad, los tóxicos invisibles, la falsa sensación de seguridad, los propios intervinientes, la contaminación de las aguas y, sobre todo, la inhalación de humo son otros riesgos añadidos que acompañan a los incendios forestales y que pueden llegar a causar la muerte.
El humo que se desprende del fuego provoca que la visibilidad se vea afectada y acarreé problemas no sólo para nosotros mismos, ya que los obstáculos no se ven, sino para los propios intervinientes, como confirma el oficial de bomberos de la Comunidad de Madrid, Braulio Sánchez: "Conlleva riesgos para los intervinientes, como para las personas que están en el entorno de la emergencia".
Aunque, los propios equipos de emergencias son otros de los riesgos añadidos a los incendios, puesto que "conducimos a altas velocidades, con vehículos muy pesados y cargados de agua", asegura Sánchez. Además, estas conducciones se realizan bajo altas dosis de estrés, derivadas de atender este tipo de emergencias.
Por otro lado, la inhalación de humo provoca "el mayor número de víctimas en un incendio", según Sánchez. También relacionado con las vías respiratorias se encuentran los tóxicos invisibles, los cuales respiramos al caminar cerca o por encima de zonas que han sido calcinadas, de hecho, a los técnicos de emergencias les ocurre que "en labores de remate cuando ya estamos recogiendo los equipos, te das cuenta de que tienes las fosas nasales negras, por la inhalación del polvo que generas tú del hollín que hay en el suelo", señala el oficial de bomberos.
Si al incendio le suceden las lluvias, estas partículas pueden llegar al cauce de las aguas cercanas, las cuales conviene evitar. Otro de los riesgos añadidos es la falsa sensación de seguridad, como explica Braulio Sánchez: "La evolución del fuego es incierta, podemos ver el fuego a cientos de metros y en cuestión de minutos estar atrapados". Por lo que tenemos que tener en cuenta, que no somos más inteligentes que el fuego.