Madrid acoge el Orgullo LGTBI más político de los últimos años con una consigna muy repetida: "Ni un paso atrás". Como novedad, ni rastro de políticos en la cabecera de la manifestación.

Una de las imágenes de la jornada fue la foto de familia con Cibeles de fondo y no con el Ayuntamiento de Madrid. Los organizadores explicaron que quisieron afear así la actitud con la extrema derecha.

No faltaron guiños a los mayores, arcoíris, ni Gaysper, el fantasma que Vox quiso utilizar y que se le volvió directamente en contra.

Ambiente festivo con la reivindicación muy presente. Frente al odio, la respuesta del amor y, por supuesto, dejar claro que no se puede retroceder en los derechos LGTBI conseguidos con tantas décadas de lucha.