Vincent Lambert es el símbolo del debate sobre la eutanasia en Francia. En 2008 sufrió un accidente de coche que le dejó tretrapléjico, y en 2014 en estado vegetativo. Desde entonces, permanece hospitalizado en la ciudad de Reims.

La familia de Vincent está dividida sobre su futuro. Por un lado, sus padres y una hermana quieren seguir manteniéndolo con vida pero su esposa, otros cinco hermanos y un sobrino están en favor de desconectarlo tras tanto tiempo.

Por el momento, y tras años de lucha, el Comité de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad ha pedido al país que mantenga los cuidados de Lambert a la espera de que se examine a fondo su caso, según ha explicado Jérôme Triomphe, abogado de los progenitores.

El letrado había acudido a esa instancia después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se pronunciara a favor de desconectar a Lambert, tal y como pedía su mujer.

Debido a que en 2010 Francia firmó la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, debería respetar esta decisión. "No estamos obligados legalmente por ese comité, pero por supuesto que tenemos en cuenta lo que dice la ONU y vamos a responder", dijo en la cadena BFM TV la ministra francesa de Sanidad, Agnès Buzyn.

Ahora, el Estado, que ha admitido que se han acabado casi todos los recursos jurídicos, tiene un máximo de seis meses para presentar ante la ONU sus observaciones del caso. Desde que se conoció la historia, Vincent se ha convertido en icono y debate sobre los tratamientos para poner fin a la vida y de muerte digna.