Tras huir de Damasco, con poco más de un año, una niña cruzó la frontera de Melilla agarrada de la mano de un mafioso marroquí. "Pagué 1.500 euros a una mafia para que mi hija lograra llegar a España", asegura su padre, Nasim Kasim.
Nasim lo vendió todo para pagar a las peligrosas mafias, que han traído a su hija España. "Tenía el anillo de casado. Conocí a un hombre marroquí que metía a niños y le dí lo que tenía", afirma.
Después de cruzar la frontera de Melilla, la Policía encontró a la pequeña sola y la llevaron al CETI, donde se reunió con su madre. "A mi hija la dejaron en la frontera y yo avisé a su madre que la niña ya había entrado", explica Nasim. Y un mes después Nasim ha conseguido el asilo que le dan a un padres cuando su hijo está en Europa.
Serafín Giraldo, del sindicato de la Policía UFP, explica que "cuando se encuentran a los niños sirios en las fronteras se les recoge, se les registra y se les identifica y se busca a sus padres en el país de origen". Según las ONG, hay una media de seis menores que cruzan a diario la frontera de Melilla, pagando a las mafias y haciéndose pasar por hijos de sus acompañantes, con riesgos de ser víctima de abusos.
José Alonso, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos asegura que "están pasando niños, los dejan solos en la frontera y es una consecuencia del cierre de fronteras por parte de Marruecos". Las ONG dicen que el trabajo de las mafias podrían erradicarse dando más visados humanitarios por parte de las embajadas y consulados españoles.
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