Tener trabajo en España no garantiza que se pueda llegar a fin de mes. Es el caso de Shandy, que gana poco más de 1.000 euros: "Pago 520 de alquiler y junto a las facturas se va mucho más de medio sueldo", lamenta en laSexta.

Esta situación la lleva a pedir ayuda en organizaciones sociales para así cubrir las necesidades básicas de su familia: "Cuando vamos a la compra no hay casi carne. Lo primero que hacemos es una lista. Tiramos mucho de pollo, atún y granos", explica.

Según advierte Save The Children, la mitad de las familias a las que atienden están compuestas por progenitores que se encuentran empleados. Sin embargo, no llegan a fin de mes. Andrés Conde, director general de Save The Children, asegura que "están en las estadísticas de empleo, pero están en situación de pobreza severa o extrema, a pesar de ser trabajadores". "Significa que es muy difícil comprar verdura, fruta y pescado (...) Muchos no ponen la calefacción porque el alquiler se come los ingresos", asevera.

Más de la mitad de esos padres y madres tienen estudios secundarios y casi un 10%, también universitarios, pero no acceden a puestos acordes a su formación. "A las familias les interesa el progreso educativo. Es lo que tienen para que los hijos eviten la vida de pobreza de los padres", expresa Conde.

El economista Alejandro Inurrieta advierte de que "el ascensor social en España hace muchos años que está parado o descendiendo". "Lo que tiene el Gobierno de forma inminente es tomar una decisión drástica sobre el precio de la vivienda y en ayudas a las familias", precisa Inurrieta.