Una mujer denuncia que el inquilino al que le alquiló su casa se niega a salir de ella. Lleva casi dos meses allí, aunque sólo la había alquilado para dos días.

"Está agarrándose a cualquier situación para decirnos que no tiene dinero y que no se puede ir", explica Silvia, la propietaria.

El presunto okupa contactó con ella a través de una web de alquileres vacacionales. Ahora las persianas están bajadas, los toldos rotos y los muebles en la terraza.

Pero no sólo denuncia que se ha atrincherado en su piso, asegura que la ha convertido en un prostíbulo. "Esto parece una casa de citas, tiene mucha luz, por la noche hacen mucho ruido y se escuchan gritos y taconeos", añade.

Además, los vecinos afirman que junto al hombre viven cuatro mujeres. Dicen que han llegado a abrirles la puerta desnudas cuando han ido a quejarse por el ruido y aseguran que oyen a hombres subir y bajar del durante toda la noche.

Silvia le ha denunciado ante la policía nacional pero empieza a estar desesperada. "El proceso tarda demasiado, pueden pasar meses hasta que la situación se resuelva", lamenta.

Incluso afirma que llegó a ofrecerle dinero para que se fuera pero no lo ha conseguido. Ahora sólo puede esperar a que un juez decida echarle y ella recupere su vivienda.