Eran las seis y media de la tarde cuando Janet, una chica nicaragüense de 30 años, llegó a las urgencias de este Hospital con un fuerte dolor de cabeza y problemas de visión. La acompañaba Adriana quien vio impotente como su amiga empeoraba por momentos: "Comenzó a quejarse pero los enfermeros la miraban y seguían".
En la sala de espera pasaban los minutos y Janet seguía sin ser atendida. Angustiada, Adriana se lo contaba así a su marido a través del teléfono móvil. Tres horas más tarde volvió a pedir ayuda a los enfermeros: "Vomitó negro, pedí ayuda a una enfermera y me dijo eso no es nada".
Finalmente Janet falleció tras sufrir una parada cardiorrespiratoria. Habían pasado cuatro horas desde que entró en el Hospital. Sus familiares aseguran que fue una negligencia: "Si la hubiesen atendido en el momento estaría viva".
El hospital ha abierto una investigación para determinar qué ocurrió aquel día. El Partido Socialista en la Junta de Castilla culpa a la habitual saturación de estas urgencias provocada por los recortes sanitarios. “Las camillas se amontonan en los pasillos, no se puede trabajar con eficacia. Ya se denunciaron dos fallecimientos en diciembre" explica Fernando Mora, portavoz de Sanidad del PSOE en la Junta.
La Consejería, no obstante, descarta que existiese un colapso en la sala de espera y emplaza a esperar los resultados de la autopsia. Mientras tanto, los restos de Janet permanecen en el tanatorio de Toledo. La familia intenta ahora recaudar los 4.000 euros que necesita repatriarlo a su país.
Otro gasto más
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