En el momento en el que Josefina emprende rumbo a la prisión de Tahíche ha habido enfados y llantos ante una situación que, consideran, injusta. Porque hasta el último minuto han intentado mediar con la juez para intentar frenar su ingreso en la cárcel.

"¿Y ahora qué?. Espero que las autoridades no se olviden de mi caso", lamenta Josefina. Antes, apuraba sus últimos minutos para despedirse de su vecinos. Los mismos que esta mañana se concentraban con la esperanza de evitar lo inevitable.

Horas antes de partir, Josefina pedía in extremis ante la Audiencia Provincial la suspensión de la condena. El consejero de Podemos del Cabildo de Fuerteventura, Andrés Briansó, asegura que "podía sustituirla la pena por una más apropiada, por trabajos en la comunidad o algo que pueda cumplir en su estado de salud".

Su delito fue construir parte de su casa en Fuerteventura en espacio rural protegido sin ni siquiera saberlo. Pagó una multa, pero no la derribó, por eso se enfrenta a seis meses de cárcel. Su hija asegura que "no es una delincuente y tiene tres nietos a su cargo".

Josefina ha pasado su última noche en casa en huelga de hambre. Arropada por su familia, sólo le preocupan ellos. A sus 63 años, sólo espera que su familia tenga un techo dónde dormir mientras ella esté en prisión.