En Alburquerque, Badajoz, nadie quiere ser alcalde. Desde el 24 de enero el puesto está vacante, y no por porque no haya políticos que pudiesen ocupar el cargo. El problema de todo esto está en la deuda que tiene que afrontar aquella persona que decida ocupar el puesto.

Un problema que ha provocado que encontrar a un candidato en este lugar de poco más de 5.000 habitantes se esté convirtiendo en una misión casi imposible. Alburquerque ha tenido ya tres alcaldes, el último se fue hace unos días debido a una herencia envenenada: deben pagar 40.000 euros más IVA para reparar una casa.

"Nos las vemos y deseamos para ir tirando. Tenemos que levantar esa casa que está en ruinas", explica el exalcalde Manuel Gutiérrez.

Una deuda la que tienen que hacer frente debido a una sentencia. La dueña de esta denunció en 2005 al Ayuntamiento por los daños que le había provocado la casa de al lado. Ahora, la justicia dice que hasta que no se resuelva ese pago, recae sobre el alcalde, sea quien sea, una multa de mil euros cada 20 días.

"Pones en riesgo a tu familia, tu salud...", reconoce Manuel Gutiérrez. El pleno extraordinario ha vuelto a reunirse para elegir al nuevo alcalde, aunque no hay nombres sobre la mesa. Por su parte, la Diputación de Badajoz se ha ofrecido a hacerse cargo de parte de la deuda para poner fin a esta situación.

Sin embargo, los posibles candidatos teman que pueda repetirse la misma situación en un ayuntamiento sin dinero que tiene una deuda de unos 15 millones de euros, el triple de su presupuesto.