El informe "Sobrevivir y desarrollarse", redactado por organizaciones como Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS), advierte de que alrededor de dos tercios de los bebés que fallecen cada año son prematuros, un sector que enfrenta enfermedades crónicas y retrasos en el desarrollo.
También sobreviven anualmente un millón de bebés demasiado pequeños o enfermos que sufrirán discapacidades a largo plazo, informó la OMS en un comunicado, en el que alerta de que muchos de estos recién nacidos podrían salvarse sin "mayores complicaciones".
De acuerdo con el estudio, para 2030 se podría salvar la vida de 2,9 millones de mujeres y recién nacidos con la sola utilización de estrategias como mantener en el tiempo un mismo equipo médico que supervise a madre e hijo.
"En lo relativo a los bebés y sus madres, el cuidado adecuado en el momento correcto y en el lugar preciso pueden marcar toda la diferencia", dijo el subdirector ejecutivo de Unicef, Omar Abdi, al destacar que millones de mujeres y bebés siguen muriendo cada año por no tener acceso a cuidados de calidad.
Soluciones "simples" como la lactancia materna, el contacto corporal entre los padres y el bebé, el acceso a centros sanitarios limpios y bien equipados, inyecciones para impedir hemorragias en las madres o retrasar el corte del cordón umbilical podrían evitar un 68 % de las muertes de recién nacidos para 2030, según la nota.
"El progreso en la atención sanitaria a recién nacidos es una situación beneficiosa para todos, salva vidas y es crucial para el desarrollo temprano del niño", lo que afecta "a las familias, la sociedad y las futuras generaciones", afirmó la subdirectora general de Programas de la OMS, Soumya Swaminathan.