La secuencia de la agresión muestra cómo el agresor se acerca a su mujer, ella le rehúye y en ese momento entra en escena Max, el director del hotel. En ese momento recibe dos respuestas: un puñetazo con el puño izquierdo y otro con el derecho. Empieza una pelea para reducir al agresor, mientras la mujer intenta que sus dos hijos no contemplen la escena.

Nos lo cuenta el propio Max: "Una recepcionista se acerca a decirme que había un cliente violento que la estaba insultando y que estaba tratando de coger y agredir a su mujer". La mujer les cuenta que es su marido, que en Inglaterra tiene una orden de alejamiento: "Ella estaba con sus dos hijos y el la siguió desde Inglaterra. Llega dos días después de que ella está alojada".

Controlado el agresor, le llevan a un despacho. Aprovechan para llamar a la Guardia Civil, pero en ese momento, intenta fugarse y de nuevo Max, a la carrera aún al teléfono, vuelve a retenerle: "Cuando sabe que nos vamos a comunicar con las fuerzas de seguridad intenta fugarse. Lo cojo de nuevo y ya no lo suelto hasta que viene la policía y lo puede esposar".

La mujer se niega a poner ninguna denuncia, no les presenta ninguna orden de protección y la Guardia Civil decide no actuar de oficio. Así que Max le ofrece un trato: "Tenía que denunciarle yo por agresión y esto no iba a hacer que esta persona pueda dejar la isla por lo cual decidimos pactar que ante la no denuncia se aleje". En un taxi escoltado por la Guardia Civil le devolvieron al aeropuerto.