Laura Arber, una madre británica de cuatro niños, estuvo a punto de perder a su hija de seis años el pasado martes cuando esta se atragantó con un nugget de pollo que escondía un trozo de mascarilla quirúrgica en su interior, según contó la afectada al diario local 'Hampshire Live'.

Laura había acudido al local de McDonald's en la ciudad de Aldershot (condado de Hampshire) a las 6 de la tarde del pasado martes 4 de agosto acompañada de tres de sus hijos. La madre compró varios productos en el restaurante de comida rápida y volvió con ellos a su casa para disfrutar de la cena en familia.

Sin embargo, la merienda pudo acabar en tragedia cuando su hija de seis años, Maddie, se atragantó con una pieza de pollo. Según palabras de la madre, su hija se estaba poniendo "azul" de no poder respirar.

Un trozo de mascarilla en la comida

La madre cuenta que su reacción instintiva fue meter los dedos en la garganta de la pequeña para provocarle el vómito, según aseguró en una entrevista para la BBC. Su sorpresa llegó cuando, en vez de comida, extrajo un trozo de mascarilla quirúrgica.

Arber no pensó en un principio en los nuggets, pero al coger la caja vio perfectamente la tela de color azul saliendo de otra de las piezas. Fue la que utilizó para grabar el vídeo publicado en Internet con el que ha denunciado este suceso. "La máscara estaba cocinada en la mezcla, se veía claramente que era una mascarilla. Se puede notar la solidez de la tela", explicaba al diario local muy enfadada.

El local continuó vendiendo los nuggets

Laura llamó al servicio de McDonald's por teléfono para, acto seguido, personarse en la tienda donde había realizado la compra. Los encargados del restaurante provocaron la furia de la madre al no responsabilizarse de lo que había ocurrido, argumentando que los nuggets no se cocinaban en el local. A pesar de las quejas de Arber, no recibió ninguna disculpa y los trabajadores continuaron vendiendo nuggets.

La madre se preguntaba en su entrevista a la BBC qué hubiera pasado si no hubiera estado presente en el momento en que su hija se atragantó. "Hubiera muerto", asegura la madre, que además se horrorizaba al pensar que había encontrado una mascarilla "justo después de haber salido de una pandemia".

Un representante de McDonald's aseguraba públicamente que la empresa lamentaba mucho esta mala experiencia, asegurando que se toman muy en serio el control de la comida. La compañía ha ofrecido una disculpa a la afectada, además de una devolución total del dinero. También han pedido a Laura Alber que devuelva la comida para poder investigar el asunto y retirar los productos afectados.