El embalse de Eiras, que abastece a Vigo estaba seco en diciembre y ahora supera el 80% de su capacidad sin dejar rastro de las ruinas que quedaron a la vista.

Más al sur, el embalse de El Gergal, en Sevilla, drenaba un chorrito hace dos meses pero ahora sib cascadas: las lluvias de la última semana han dejado en esta zona el equivalente a un año de consumo en Sevilla.

En noviembre, una balsa de emergencia en el campo les iba a salvar de poco pero han pasado de tener tierra seca y desolación a unos brotes tan verdes como esperanzadores.

El pantano de Santa Teresa, en Salamanca, ha pasado del nivel de alerta a tener agua para dos años. La zona más castigada sigue siendo Murcia y la Comunidad Valencia. En la última semana el agua embalsada a nivel nacional ha aumentado un 3,4%.