Seis años ha tardado la Universidad de Sevilla en apartar a Santiago Romero, el catedrático que abusó sexualmente de dos profesoras y una alumna. El actual rector se disculpa: "lamentar y condenar los hechos, y solidarizarse con nuestras compañeras".
Afirma que fue la institución quien trasladó los hechos al juez y que bloquearon su expediente sancionador. La acusación responde que ese es su deber y le reprime que tenía que haber actuado mucho antes.
"Teniendo en cuenta que la propia universidad considero que los hechos eran muy graves, parece razonable que hubieran adoptado una medida de suspensión", explica Amparo Díaz, abogada de una de las afectadas.
El rector recuerda que durante el proceso judicial se tomaron medidas de alejamiento. Unas medidas que llegaron después de que una docente y su equipo presionaran al rectorado. "El acusado seguía siendo director de departamento por lo tanto estaba en situación muy vulnerable", cuenta Mar González, docente.
Cada visita al despacho de Santiago Romero, era un continuo abuso. Así queda reflejado en la sentencia: "el acusado le dio la vuelta a la mesa, a continuación le tocó un pecho, le colocó un documento sobre las piernas y con dicha excusa le tocó la pierna por el interior de los muslos diciéndole lo buena que estaba"
El catedrático tiene prohibida la entrada a la universidad. Está condenado a casi siete años de prisión y tendrá que pagar una indemnización de 110.000 euros. La universidad también ha sido condenada como responsable subsidiaria. La institución aún no sabe si recurrirá la sentencia.
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