Los migrantes que viajan a bordo del barco Aquarius han sido trasladados de la cubierta al interior, aferrándose a cuerdas y temerosos, pues para muchos es su primer viaje en barco. "No pasa nada, os vamos a pasar dentro", intentaba tranquilizarles un miembro del equipo de salvamento.

La razaón: el tiempo ha empeorado notablemente en las últimas horas, y pone en riesgo la operación para llegar a España en el plazo previsto. "La situación a bordo es bastante difícil. Estamos navegando contra vientos muy fuertes y grandes olas", ha relatado la periodista de Euronews Anelise Borges.

Además, los '630 de la flotilla del Aquarius', de los cuales muchos sufren una salud precaria, han pasado mala noche. "Muy mareados, vomitando constantemente, asustados por las olas, el viento y el zozobrar del barco", ha explicado el rescatista de 'SOS Méditerranèe', Ludovic Duguesperoux.

También lo ha narrado Naiara Galarraga, reportera de 'El País': "Ha sido una noche espantosa para los inmigrantes, con olas de 4 metros y vientos de 30 nudos". Tan así que han debido desviar su ruta para buscar abrigo acercándose a las costas de Cerdeña.

Ya dentro del Aquarius, apiñados, pero más tranquilos, los rescatados han podido descansar mejor. "Muchas de las personas rescatadas siguen mareadas aunque el clima está calmado", ha contado Luis Beversluis, miembro del equipo de Médicos sin Fronteras a bordo del Aquarius.

No faltan provisiones,aunque por la borda ha ido la fruta donada por Italia: no era apta para consumo humano. 'Los 630' no ven la hora de llegar a España. Como Farah, un joven gambiano con familia y amigos en nuestro país: "Si llego, quiero ir al colegio y aprender". Aún les quedan algo más de dos días hasta Valencia. Tras una movida semana de travesía tras el rescate y dejando atrás la odisea desde sus países.