Los migrantes a bordo del Aquarius se enteraban de que su destino era España gracias a los voluntarios, que les explicaban con un mapa el destino al que se dirigen.

A bordo del Aquarius viajan los 105 migrantes más vulnerables de los 630 que rescató el buque, es decir, las embarazadas, los menores y los heridos. El resto fue transferido de uno en uno y durante más de 6 horas a los otros dos barcos de la Guardia Costera y la marina italiana que viajan con ellos.

"No entiendo cómo pueden tenerlos cuatro días sobre una cubierta de hierro. Lo lamento", se quejaba Ludovic Dugueperoux, voluntario de SOS Mediterráneo.

El Aquarius navega al sur de Sicilia y por delante aún le quedan 720 millas náuticas, unos 1.300 km. Pero el amanecer ha traído una desagradable sorpresa, y es que llueve y el mar está picado.

"La gente está mareada. El barco se mueve mucho y la mar está picada, pero también ha sido un día para poder pegarse la primera ducha con agua caliente y jabón y poder lavarse los dientes", cuenta la periodista de El País Naiara Garralaga.

Sus rostros ya no reflejan incertidumbre, sino algo de tranquilidad porque saben que a lo largo del camino todos los puestos de salvamento están alertados en caso de emergencia.