Los vecinos de Rubielos de Mora no daban crédito estaban ante una tormenta de granizo casi apocalíptica. Durante 15 minutos cayeron bolas de hielo del tamaño de pelotas de tenis, dejando todo el pueblo cubierto por una espesa capa de blanca.
El municipio turolense ha quedado destrozado, el granizo ha agujereado tejados, ha abollado un centenar de coches y destrozado lunas, tanto que el Ayuntamiento ha pedido la declaración de zona catastrófica.
Increíble también el viento huracanado que arrasó Tarragona. En cuestión de segundos terrazas enteras salieron volando por los aires. Las rachas alcanzaron los 100 kilómetros por hora, dejando imágenes impresionantes.
En Cambrils, el tremendo vendaval que acompañado de una lluvia torrencial arrancó de cuajo árboles y dejó a 16.000 personas sin luz. Los bomberos recibieron más de 300 llamadas. Tormentas impresionantes que también dejaron las calles de Morella, Castellón convertidas en toboganes de agua.