Mucha gente reserva una mesa en un restaurante y, a última hora, da 'plantón' al restaurante sin avisar, un gesto que supone un desbarajuste para el establecimiento que sufre esta práctica.

Esta semana, hemos conocido que un juzgado de San Sebastián ha dado la razón por haber cobrado a un cliente 510 euros por no presentarse a una cena cuya reserva no canceló. Los hechos ocurrieron la noche del 16 de julio de 2021 en el restaurante Amelia, que logró su segunda estrella Michelin a finales de ese año.

Allí se esperaba a tres comensales que no aparecieron, lo que les llevó a cobrar la cantidad estipulada en su política de cancelación en la tarjeta de la persona que había hecho la reserva.

Xabier de la Maza, director del restaurante Amelia, explica que ellos buscan que sus comensales tengan una "experiencia perfecta", pero si los consumidores no confirman la anulación de su reserva, ellos tienen "unas pérdidas que aguantar" que les lleva a hacer este cargo.

David Núñez, socio del restaurante El Salvaje, en Valencia, nos pone el ejemplo de una mesa de 15 personas. "A 50 o 60 euros por persona, son más de 1.000 euros de pérdidas", explica este hostelero. Y es que no solo está lo que no ingresan, también lo que pierden por el producto comprado, por el personal planificado, etc.

Desde la OCU nos aseguran que es algo perfectamente legal, porque estaba avisado en la web en la que se reserva, y recalcan: "El cliente siempre tiene razón... cuando la tiene".

La medida de cobrar por adelantado parte de lo que va a costarnos la comida es cada vez más popular entre los restaurantes y es algo que hacen frecuentemente otro tipo de negocios, como los hoteles. Nos aseguran que no se trata de que les paguemos por un servicio que no han dado, sino una cuestión de respeto.