La Audiencia de Las Palmas ha puesto en libertad a Josefa. Sus vecinos le han esperado en la puerta de la prisión para recibirla. La justicia le ha dado un plazo de 6 meses para derribar su casa. "Estoy superfeliz y muy, muy agradecida", ha señalado.

Fuertes abrazos, una gran sonrisa y una gran ovación, así ha sido la salida de Josefa. Había poco tiempo, porque tenía que ir a coger el ferri a Fuerteventura pero sí quiso pararse para agradecer el apoyo. 

La audiencia provincial ha estimado el recurso de la fiscalía y ha suspendido la condena a seis meses de prisión, eso sí, con la condición de que derribe las obras ilegales de su casa.

Josefa ha abandonado la cárcel en la que entraba hace unos días con la cabeza bien alta. "Mi pecado ha sido hacer un techo para proteger a mis nietos para que los servicios sociales no me lo quitaran, si este es el precio que hay que pagar yo lo voy a pagar", afirmaba.

Una casa heredada de sus padres que estaba construída en un paraje natural y en la que vivía con sus tres nietos y dos de sus hijos. El Gobierno de Canarias le ha ofrecido una vivienda y, según el abogado, la familia lo confirma, aunque todavía no disponen de ella.