Los restos óseos hallados este martes en un pozo de Manzanares (Ciudad Real) corresponden al empresario Jesús María González Borrajo, desaparecido en esa localidad desde junio de 2019, según ha confirmado la subdelegada del Gobierno en Ciudad Real, María de los Ángeles Herreros.

En declaraciones a los medios de comunicación, Herreros ha informado este miércoles de que las pruebas de ADN que se han practicado a los restos óseos, posiblemente un húmero, hallados en el pozo, han confirmado que se trata de González Borrajo, que viajó a Manzanares desde Vitoria (Álava) para vender dos vehículos de lujo.

Los agentes iniciaron la búsqueda el pasado miércoles a primera hora como continuación del hallazgo en marzo de un cadáver en el interior de un pozo, en este caso el del empresario Juan Miguel Isla, de 58 años y desaparecido el 21 de julio de 2022.

Hace tres meses fueron detenidas dos personas presuntamente implicadas en el crimen, ambos vecinos de la zona, Antonio Caba y Gaspar Rivera, que ingresaron en prisión por estos hechos. Los dos se encontraban presentes en el registro del miércoles.

La confesión del segundo de los detenidos ha conllevado la nueva inspección por parte de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y de la Comandancia de Ciudad Real, bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 2 de Manzanares.

Jesús María González Borrajo fue visto por última vez en dicho municipio el 19 de junio de 2019, tras supuestamente haber realizado una transacción comercial por la venta de un coche en la que presuntamente medió Antonio Caba.

Antonio Caba se encuentra en prisión acusado de matar el verano pasado a otro empresario, Juan Miguel Isla, presuntamente con la intención de quedarse con los 50.000 euros de la venta de una finca. En marzo, la Guardia Civil recuperó el cadáver en un pozo y detuvo también a otro vecino que acabó confesando su participación en el crimen.

Según las citadas fuentes, las inspecciones de la semana pasada guardan relación con la confesión de este último vecino, de 78 años, tras implicar en sede judicial a Antonio Caba en la muerte tanto de Jesús González Borrajo como de Juan Miguel Isla.