Tras la prueba definitiva a través de la cual se halla el cadáver del empresario Juan Miguel Isla, la Guardia Civil registra otra finca. Buscan el lugar donde fue asesinado. El principal sospechoso, Antonio Caba, y su amigo, Gaspar Rivera, les acompañan. A pocos metros del lugar, Gaspar se derrumba ante los agentes. Esta es la versión de los hechos que traslada a la justicia: "Antonio Caba me comentó si podía llevar un vehículo a Albacete y lo hice. Lo dejé allí y se me dijo: 'Coge las llaves y las tiras'. Y las tiré, yo creo que fue en un contenedor".

"Al día siguiente, (Caba) fue a recogerme con la intención de vender una finca en Manzanares. Abrió las puertas, entramos a mirar y me encontré con un cuerpo allí muerto. Le pregunté qué era eso, y me pidió que le ayudara a trasladarlo", continúa en su intervención Rivera, que concluye así, entre lágrimas: "Le ayudé erróneamente. Perdónenme. Lo trasladamos en su coche y lo echamos al pozo. No le pregunté porque sentí mucho miedo".