El guardia urbano de Barcelona investigado por matar en diciembre pasado a Sota, la perra de un sintecho, ha alegado ante el juez que el animal se abalanzó sobre él, con actitud agresiva, y que le disparó para protegerse porque sintió miedo de que le atacara.

Los dos agentes han sido imputados acusados de los delitos de maltrato animal y también de lesiones a raíz de la denuncia que ha presentado contra él el propio sintecho, que a su vez está imputado por un delito de atentado por haber intentado agredir a los urbanos cuando mataron a su perra, y media docena de entidades animalistas, que ejercen la acusación popular en la causa.

La muerte de la perra Sota, el pasado 18 de diciembre en la plaza Espanya de Barcelona, suscitó la indignación de los animalistas y desató una oleada de protestas y movilizaciones en la capital catalana, que en algún caso se saldaron con incidentes.

Según la versión que han mantenido los guardias urbanos imputados, estaban en el interior de su coche patrulla cuando se percataron de que la perra, que iba sin atar, correteaba alrededor de su vehículo y que el dueño del animal empezaba a increparles y a abalanzarse sobre ellos.

Los agentes se bajaron entonces del vehículo y pidieron la documentación al sintecho, a lo que éste, según el relato de los agentes, reaccionó con una actitud agresiva y contagió al animal, que empezó a gruñirles y a enseñar los colmillos, por lo que le pidieron que lo calmara.

Sin embargo, han mantenido los policías, el dueño del perro hizo caso omiso de sus advertencias, de forma que uno de los agentes utilizó su defensa para librarse del animal, pero ello contribuyó a aumentar la agresividad de Sota, que, de acuerdo con su versión, se abalanzó sobre el lado izquierdo de uno de los urbanos y le mordió en el codo que éste interpuso para protegerse.

Ante las dificultades para controlar la situación, los agentes pidieron refuerzos por radio, mientras el dueño se alejaba con la perra al tiempo que la azuzaba, han añadido los policías. De repente, han explicado ambos agentes investigados, la perra salió corriendo y se abalanzó hacia uno de los policías, que ha afirmado que temió por su integridad y sintió que la única forma que tenía de protegerse era disparándole con su arma reglamentaria, un tiro que alcanzó al animal en la cabeza y lo mató al acto.

Ante el juez han declarado también, como testigos, dos jóvenes que presenciaron los instantes posteriores a la muerte de la perra y quienes han referido que la actitud de los agentes era hostil, aunque no han podido aclarar cómo sucedieron los hechos por los que los policías han sido imputados.

A las puertas de la Ciutat de la Justicia, se han concentrado esta mañana una treintena de animalistas en protesta por la actuación policial, con pancartas con lemas como "Justicia para Sota", "Los animales tienen derechos, exigimos una ley digna para ellos" o "Mientras ellos no tengan voz, no dejaras de escuchar la mía".