Conseguir cita con el especialista en reumatología es una aventura de diez meses de espera. María Jesús Urra lo sabe bien. Su enfermedad, espondiloartritis, es invisible a los ojos, pero tan dolorosa que es totalmente incapacitante. "Me afecta mucho a la movilidad, se me inflama la columna y las articulaciones, me cuesta mucho andar, mantenerme de pie es lo más complicado", asegura a la cámara.

María Jesús tardó más de 20 años en saber que lo que tenía era una enfermedad reumatológica. "Siempre cuento el caso del día de mi primera comunión, que ya no podía mover este brazo, que es lo que más tengo afectado actualmente, tenía mucha tortícolis, mucha rigidez y siempre estaba muy cansada", explica.

La suya es una de las más de 200 patologías que afectan a 11 millones de españoles. Desde la Sociedad Española de Reumatología, Jesús Sanz, señala que uno de cada cuatro ciudadanos en edad adulta tiene una enfermedad reumática.

Con una población cada vez más envejecida, es imposible cubrir la demanda: hay muchos pacientes, pero pocos profesionales en esta especialidad. Actualmente hay una media de dos reumatólogos por cada cien mil habitantes, aunque depende de cada comunidad autónoma.

Por eso, las listas de espera para un tratamiento y una atención continuada se disparan. "Hay compañeras que les sienta mal la medicación, que tienen infecciones y siempre la frase es: 'Me quedan seis meses hasta la siguiente consulta y no puedo aguantar este sufrimiento'".

Desde la Asociación Española de Reumatología piden acreditar más plazas MIR para formar a estos especialistas y así contar con nuevos profesionales. El número de reumatólogos que se forma no cubre las necesidades de lo que va a ocurrir en los próximos años, asegura Sanz. "En los próximos años va a ser necesario tener un 40% más de reumatólogos", añade.

Solo así, pacientes como María Jesús no tardarían tanto en detectar qué les ocurre, lo que ayudaría además a reducir los costes sanitarios a largo plazo.