El Ministerio de Sanidad tiene las pseudoterapias en su punto de mira desde seis hace años para evitar que se conviertan en una alternativa a la medicina, ya que su efectividadno cuenta con evidencia científica alguna.
Por eso, el departamento que dirige Mónica García se compromete a analizarlas una a una y ahora le ha tocado el turno a ocho de ellas: aunque ninguna de ellas cura, hay cuatro de las técnicas examinadas que sí tienen algún beneficio.
Es el caso del taichí, cuya práctica es positiva por el simple hecho de tratarse de un ejercicio físico. En esta misma línea, Sanidad también respalda el chi kung, basado en los movimientos corporales coordinados con la respiración. Desde Sanidad también apuntan que tanto los ejercicios de respiración consciente como otras técnicas de relajación pueden ser beneficiosos para aliviar el estrés o la ansiedad. Su fin, insisten no obstante, es aliviar y no curar.
En la 'cara B' de la pseudociencia nos encontramos con otras prácticas de dudosa eficacia, como la vacuoterapia, la luminoterapia, el zerobalancing y la aromaterapia. Ninguna de ellas cuenta con el respaldo de la comunidad científica y en el caso de la vacuoterapia, además tiene riesgos para la piel.
En otros casos, no hay estudios suficientes que muestren un beneficio real sobre la salud, como es el caso de luminoterapia, cuya luz es insuficiente para tratar problemas de salud mental, tal y como se pretende.
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