Frontando el cepillo dejan un pavimento reluciente, y no se ve ni una colilla junto a la papelera. Así es vivir en Oviedo, que repite como la ciudad más limpia de España en el nuevo estudio de la OCU. Le sigue Bilbao, que brilla en el plano general, en el medio y en el corto; y Vigo, otro jaspe español.

Las tres ciudades que lideran el ránking de ciudades más limpias se han rascado el bolsillo para brillar: han gastado en campañas de concienciación y han renovado su flota de limpieza. Y de los ayuntamientos de Vigo y Bilbao, pasamos ahora a las que llevan el carbón.

Jaén repite como la ciudad más sucia, seguida de Alicante y Alcalá de Henares. Allí, los excrementos, las pintadas y los restos de botellón, lo que más asco nos da, según el estudio, abundan. Para la OCU no es tanto aumentar el presupuesto, sino de aprovecharlo mejor y de concienciar a la gente.

"Pueden destinar muchos recursos y triplicar el presupuesto, pero si los ciudadanos que conviven en ese ayuntamiento no mantienen mínimas normas de convivencia...", lamenta Ileana Izverniceanu, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios.

Una conciencia que urge, y no solo en estas tres cenicientas: hasta 39 de las 60 ciudades analizadas han empeorado su calificación. Además, la percepción general media en España, en estos cuatro años desde que se hizo el anterior estudio, también ha menguado.