Setenta estudiantes Erasmus españoles llevan días tirados en la calle, durmiendo en la estación de tren o pagando auténticos dinerales por una habitación de hostal. No encuentran un lugar para vivir en Ferrara, su ciudad italiana de destino. Temen tener que volver si no encuentran una solución.

Victoria, una joven estudiante, es una de las afectadas. Tras pasar varias noches en la estación ha encontrado un estudio, con el que comparte con otras cinco personas. Pero el jueves se van a la calle. Mientras tanto, otros sobreviven durmiendo en furgonetas, como se puede ver en el vídeo de portada.

Llevan desde junio intentando cerrar un alquiler. Las inmobiliarias les niegan los pisos: por ser estudiantes y, algunas, directamente, por ser españoles. "Estas inmobiliarias nos cierran las puertas en la cara al saber que somos españoles", asegura Javier Marín, uno de los afectados.

Las pocas que les aceptan piden hasta 600 euros al mes por un sofá cama. La Universidad de Ferrara lejos de ayudar, les recrimina. Dicen que deberían haber encontrado habitación antes de viajar. Sin embargo, tras la pandemia hay más estudiantes y menos alojamientos.

Desde la universidad CEU, Alejandra Villena, señala que el motivo se encuentra en que, este año, han coincidido dos tandas de alumnos Erasmus. El ministerio de Educación español, por su parte, recaba información para ayudar a los jóvenes españoles. Algunos ya, desesperados, se plantean renunciar al curso y volver a casa.

Las autoridades educativas no asumen responsabilidades

Sin embargo, el servicio encargado del programa Erasmus en España ha señalado que la gestión de los alojamientos de los estudiantes no les compete y ha apuntado a que son las universidades de acogida las que deben ofrecer ayuda a estos jóvenes para la búsqueda de vivienda antes de llegar a su lugar de destino. Decenas de jóvenes españoles Erasmus han denunciado la imposibilidad de encontrar alquiler en varias ciudades italianas, lo que les ha obligado a dormir en estaciones de tren, en la calle y en las facultades. Algunos han señalado además que han sido objeto de discriminación y de intentos de estafa.

En un comunicado, el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie) -organismo autónomo adscrito al Ministerio de Universidades- informa de que Italia es el primer país de destino de los españoles con beca Erasmus+, unos 9.200, el 21 % del total que se desplaza al año desde nuestro país.

Tras señalar que el objetivo "primordial" es el de "colaborar" para asistir, "en todo lo posible", a los afectados, Sepie indica que la gestión de los alojamientos de estudiantes Erasmus+ no compete al organismo y "se entiende que posiblemente esta problemática pueda estar causada, en algunos casos, por la escasez de oferta alojativa y el encarecimiento de la misma".

De acuerdo con la Carta Erasmus de Educación Superior, explica, "son las universidades de acogida las que deben ofrecer ayuda a los estudiantes Erasmus para la búsqueda de alojamiento antes de realizar la movilidad, de tal manera que, a su llegada, tengan asegurado un lugar donde vivir durante su estancia". Las universidades de envío, en caso de problemas de alojamiento, "deben contactar con sus universidades socias en caso necesario", y si hay "fraude o discriminación", la institución de acogida debe prestar asistencia. Sepie permanece en contacto con las universidades españolas para recabar más información relativa a estudiantes Erasmus+ en esta situación.