Marvin desapareció en 2017 cuando tenía 13 años. Tras la muerte de su padre vivía en un centro social y lo último que se supo de él fue a través de un mensaje de texto a su supervisor, en el que preguntaba qué había de comer en el centro ese día. Después no se volvió a saber nada más de él.

Se investigó todo, a parientes, amigos, teléfonos móviles; pero no se obtuvo ninguna pista sobre el paradero de Marvin. Desde entonces, su madre Manuela B. no dejó de buscarle y llegó a recurrir a un programa de televisión sobre desaparecidos e incluso consultó a una pitonisa, tal y como cuenta el diario alemán Bild.

Ahora, más de dos años después durante una operación policial para localizar material pedófilo la policía encontró a Marvin dentro de un armario del apartamento de un sospechoso, que fue detenido.

Según ha declarado la policía, el menor, que ahora tiene 15 años, estaba asustado y vestía la misma ropa que el día que desapareció. A pesar de estar desmejorado no tenía signos aparentes de violencia ni de estar retenido a la fuerza. Durante el registro los agentes utilizaron máscaras debido al intenso olor a orín.

Además de al sospechoso Lars H. de 44 años, la policía alemana detuvo también al padre de este que vivía con él aunque posteriormente fue puesto en libertad. Sin embargo, el juez ha ordenado prisión por un delito sexual para Lars H..

Reencuentro con su madre

Después de todo este tiempo madre e hijo han podido reencontrarse aunque el menor permanece ingresado para recuperarse física y psicológicamente. Su madre ha asegurado en una entrevista al diario Bild que le gustaría visitarle para "celebrar con él la Navidad".

"Mamá, llévame contigo", son las palabras que pronunció Marvin al volver a ver a su madre. Según cuenta ella en la entrevista, el menor le dijo que "llevaba dos años sin salir a respirar aire fresco".

En una publicación en Facebook, Manuela B. explicaba cómo se sentía tras recuperar a su hijo y se hacía algunas preguntas: "¿Cómo ha pasado los últimos 900 días y noches? ¿Sigue siendo Marvin? A pesar de que llevaba la misma ropa que cuando desapareció a su madre le costó reconocerle: "Parece roto".