El Aita Mari está bloqueado en el puerto de Pasaia. Se trata de un buque preparado para auxiliar a migrantes en el Mediterráneo. De momento, no podrá salir a hacerlo. Ha recibido una orden de despacho de Capitanía Marítima, dependiente del Ministerio de Fomento, que le impide zarpar.

"Nos deniega el despacho alegando el Aita Mari va a realizar una navegación con un elevado número de personas a bordo durante un largo periodo de tiempo" explica Íñigo Mijangos, presidente de Salvamento Marítimo Hum.

Tendrían que hacerlo, dice Capitanía Marítima, porque Malta e Italia, los puertos más cercanos, no dejan desembarcar en sus costas. "Es un despacho absolutamente contradictorio. Por un lado dicen que hace falta prestar asistencia y, por otro, a las personas que queremos prestar asistencia nos dicen: vosotros no vais a ir" asegura Mijangos.

Lo mismo ocurre con el Open Arms, inmovilizado en el puerto de Barcelona. "No entendemos el porqué de todo esto así que si hay alguna explicación tiene que ser política" asegura Óscar Camps, del Open Arms. Creen que podría deberse a presiones europeas, pero el Gobierno niega estas motivaciones.

Ellos ya han recurrido, pero advierten: "El plazo administrativo es de uno a tres meses. Los eneros son ocho muertos por día en el Mediterráneo. Así es que a ver cuentos muertos vamos a tener que esperar. Quizás tengamos que buscar otro barco", defiende Camps.

De momento, ya se ha producido un nuevo naufragio en el Mediterráneo y sin estas organizaciones los migrantes corren el riesgo de morir ahogados.