El incendio de la discoteca Teatre de Murcia, en la que han fallecido hasta el momento 13 personas, no es el único que ha sufrido el local de copas situado en la zona de ocio de Atalayas. Ya en 2009 tuvo que ser desalojada por un incendio de unos cables que atravesaban su fachada.

El subinspector Diego Seral, portavoz de la Policía Nacional en Murcia, ha señalado que el incendio de este domingo se ha originado en un local que "en su momento se partió, es un local que originariamente era la discoteca Teatre y que en un momento dado se partió en dos locales de hostelería totalmente diferenciados".

"Sí que es cierto que en el local de La Fonda es donde consta la mayor parte de los daños del incendio, incluso importantes daños estructurales que han provocado un colapso de la estructura hacia el interior del establecimiento", ha señalado, al tiempo que ha añadido que es en ese local "donde se están encontrando las personas fallecidas", aunque aún no saben dónde se ha iniciado el fuego, lo determinará la posterior investigación.

En concreto, los hechos se produjeron el 21 de junio de 2009, cuando el incendio de esos cables obligó a desalojar el establecimiento en prevención, en ese momento ocupado por unas 50 personas.

El suceso se produjo sobre las 00.25 horas, cuando un problema eléctrico desencadenó el incendio de los cables que atraviesan la fachada de la sala de ocio, por lo que el encargado del local alertó a la sala del '092' diciendo que el tejado se encontraba en llamas.

Al lugar acudieron Bomberos del parque del Infante con cuatro vehículos, un primera salida, un media salida, una escala y un coche de jefatura, cuyos efectivos consiguieron extinguir rápidamente y con facilidad el pequeño incendio.

Las llamas no produjeron daños personales, aunque el humo se filtró al interior de la discoteca y la Policía Local procedió al desalojó de los clientes que se encontraban en su interior y a cortar la calle.

Los Bomberos consiguieron extinguir el incendio en unos 30 minutos, y técnicos de la compañía Iberdrola se hicieron cargo de la instalación eléctrica, indicando que no había peligro, por lo que los clientes pudieron entrar de nuevo a la discoteca.