"La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo", "enseñar es aprender dos veces", "las raíces de la educación son amargas, pero sus frutos son dulces"… Muchas citas a lo largo de la historia han pretendido resaltar la importancia y la influencia a largo plazo de la labor educativa en los seres humanos.

Un asunto, este de la educación, que en España ha estado en boca de todos durante el último año por la suspensión de las clases presenciales a causa de la pandemia y el temporal, por la aprobación de la 'Ley Celaá', por las polémicas sobre la educación concertada o el pin parental… y que estos días vuelve a ser protagonista.

El motivo, esta vez, no tiene relación con las malas noticias, las discusiones o la polarización política, sino con la celebración, este 24 de enero, del Día Internacional de la Educación.

¿Por qué se creó este día?

Acostumbrados a dedicar una fecha a conceptos y temas de menor importancia (algunos que rozan lo absurdo), sorprende que el Día Internacional de la Educación no comenzara a celebrarse hasta hace solo dos años, en 2019.

El 13 de diciembre de 2018, la Asamblea General de Naciones Unidas decidió que el papel desempeñado por la educación en favor de la paz y el desarrollo merecía un reconocimiento en el calendario y por eso creó el Día Internacional de la Educación, que se celebraría a partir de entonces el 24 de enero de cada año. Así lo explica la propia entidad intergubernamental ensu página web.

Lo que pretendía la ONU con esta creación es reivindicar que la educación es un derecho, poner en valor la actividad educativa desarrollada por las familias, los docentes y las instituciones e intensificar la cooperación internacional en esta materia. Además, este nombramiento va en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, dentro de la Agenda 2030.

En concreto, el objetivo número 4 es "garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad", porque sin esta, asegura Naciones Unidas, "los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos".

Mucho por hacer todavía

La necesidad de crear un Día Internacional para llamar la atención sobre las carencias educativas a nivel mundial se justifica en los datos. Actualmente, 262 millones de niños y niñas siguen sin estar escolarizados y 617 millones no saben leer ni hacer cálculos básicos, según cifras de la UNESCO.

Además, uno de cada tres países en vías de desarrollo no ha alcanzado la igualdad de género en la enseñanza primaria y menos del 40% de las niñas del África Subsahariana completan los estudios de secundaria del ciclo inferior, informan en la web de Naciones Unidas.

La celebración de este año, con la vista puesta en el covid

Cada edición de este día internacional está dedicada a una temática particular. Este año, como no podía ser de otra manera, Naciones Unidas se ha acordado de la pandemia provocada por el coronavirus y el tema elegido es 'recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19'.

Con la propagación del virus por todo el mundo, uno de los aspectos vitales más afectados ha sido y está siendo la educación. Durante la primera ola, más de 190 países cerraron temporalmente sus escuelas, afectando al 91% de los estudiantes del planeta. Esta circunstancia, señalan desde Naciones Unidas, altera el aprendizaje y cambia drásticamente las vidas de los niños, especialmente de los más vulnerables y marginados.

Por ello, el objetivo de esta tercera edición es reforzar la educación a través de la colaboración y la solidaridad entre países para que la labor educativa sea un pilar central en la recuperación de la pandemia. De la misma manera, quieren dar voz a las preocupaciones y aspiraciones de toda esa generación de niños y jóvenes afectados por la pandemia, pero también por otros problemas globales, como la recesión económica o el cambio climático.