La autoridad judicial ha ejecutado el desahucio de Sara Garre, una mujer de 41 años con dos hijos a cargo (una chica de 15 años con discapacidad intelectual y un niño de 5) que está a la espera de un piso social, después de que la inmobiliaria que compró su piso se negara a renovarle el alquiler.
Por el momento, la familia se irá a vivir a un piso provisional que le han cedido hasta el regreso de su propietario, que está fuera de la ciudad y que regresa en agosto, a la espera de que le concedan un piso social definitivo.
En declaraciones a Efe, Sara Garre ha explicado que a las 10.30 horas de este martes se han presentado en su casa un procurador, un representante del juzgado y la encargada de la Oficina de Vivienda de Sant Martí para ejecutar el desahucio, en presencia de los dos asistentes sociales que se encargan de su caso.
Las autoridades le han dado una hora y media más para terminar de recoger todas sus pertinencias, y a las 12.00 horas se ha hecho efectivo el desahucio.
"Ahora mismo, el piso provisional es un jaleo, tengo ropa y cosas por todos sitios", ha señalado Garre. La familia se quedará en ese piso durante seis meses, los que la Oficina de Vivienda de su barrio marcó para encontrar otro piso en el distrito y facilitarle la entrada.
"Yo creo que me darán un piso en junio, pero en abril, cuando ya habrán pasado los seis meses, me empezaré a mover, a hacer presión y hacer ruido. El propietario del piso provisional regresa en agosto de 2020 y no me puedo quedar en la calle", ha dicho. La nueva propiedad del inmueble ha intentado echar a Sara Garre del piso en otras tres ocasiones anteriores.
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