La economía sumergida se ceba con los jóvenes. Sara es una de las miles de víctimas de esta situación precaria, que le ha salido cara en el pasado. "Solo cotizaba dos horas al día cuando yo hacía mi jornada de mañana y horas extra". Según un informe de Infojobs, el 25% de los jóvenes ha recibido al menos parte de su sueldo en negro, y de ellos, a uno de cada tres le ha supuesto más del 25% de su nómina.

En el caso de José Manuel, ha sido más de la mitad: "Hacíamos una media de diez horas diarias y nos pagaban la parte correspondiente a las cuatro horas que estábamos contratados. El resto, en negro". "Hemos visto cómo la pandemia les ha perjudicado en relación al cobro en B ya que muchas veces han visto que no tenían otra alternativa", ha explicado a laSexta Mónica Pérez, directora de Comunicación de Infojobs.

Los jóvenes también sufren el fraude en las prácticas no laborales. A Juan, que prefiere no dar su nombre real, le pagaban cursos para tenerle más de un año de becario: "Se suponía que después de ese contrato se iba a cambiar a uno normal y al final me pedían alargarlo tres meses más". En su caso, hubo final feliz y terminaron contratándole, pero UGT denuncia que no es lo habitual.

En un estudio aseguran que en un año normal hay unos 866.000 becarios en fraude, cuya labor se podría traducir en casi 300.000 puestos de trabajo. Supone, según el sindicato, un ahorro de 4.250 millones en sueldos, y de otros 1.600 millones en cotizaciones sociales. "Cada vez son más las empresas que usan a becarios para suplir puestos de trabajo", ha denunciado Eduardo Magaldi, portavoz de RUGE, organización de jóvenes de la UGT.

El paro lo sufren más que nadie. Mientras en otras franjas ya está a niveles prepandemia, el desempleo juvenil sigue casi cinco puntos por encima.