Una ley de Texas, EEUU, que da a las familias diez días para encontrar un nuevo hospital si no están de acuerdo con los médicos en retirar el soporte vital al paciente está en el punto de mira después de que un juez haya detenido los planes de un hospital para desconectar a una bebé de nueve meses en contra de la voluntad de la familia.

Es el caso de Tinslee Lewis, que nació de manera prematura con un raro problema cardíaco, una enfermedad pulmonar crónica y con presión arterial alta crónica severa. La bebé ha estado hospitalizada desde que nació y, desde julio, conectada al soporte vital.

El hospital ha asegurado que su estado es fatal y los médicos aseguran que la pequeña está sufriendo por lo que, invocada la norma, el juez ha dado a la familia hasta el 22 de noviembre para encontrar un nuevo centro médico para la menor, según ha informado la CBS.

La familia ha recibido el apoyo de grupos antiabortistas de Texas. "Esto es parte de lo que lo convierte en el estatuto más draconiano de su tipo en la nación. Tienes diez días, ni siquiera hábiles, y es inherentemente inadecuado", aseguró Kassi Marks, abogada de derecho a la vida de Texas.

Además, Marks ha tachado la ley de horrorosa: "Es una ley terrible, terrible. Esperamos que sea derogada o declarada inconstitucional y de otra manera no utilizada contra personas vulnerables como Tinslee".

La madre de Tinslee, Trinity Lewis, sólo ha apuntado que su hija es "una luchadora". Por su parte, el hospital asegura que ha contactado con casi una veintena de centros del país y ninguno ha considerado que la evaluación haya sido incorrecta.