Mayeli, que vive en Paracuellos del Jarama, decora el interior de su chalet adosado con todo tipo de detalles de Halloween desde el mes de septiembre. "Por fuera no. Dirían tremenda loca", nos confiesa. Pero ganas no le faltan, porque es una auténtica enamorada de esta fiesta.

"La estrella es la bruja que habla, que tenemos en el jardín. Vienen muchos niños a hacerse fotos con ella", cuenta a laSexta, mientras enseña orgullosa las toallas de calabaza que tiene en el baño.

Esta vecina no está sola, cada vez son más las viviendas que estos días se convierten en casas del terror. Cruz María ya es en una institución, en Paterna, Valencia. Tiene tres hijos dependientes, y "como encuentran problemas para salir fuera, les traigo la fiesta a casa", asegura.

Lleva ocho años llenando su jardín de calabazas, fantasmas o vampiros. "El 31 de octubre se acercan centenares de vecinos a verla, hasta youtubers que la graban", presume.

Poco tiene que envidiarles el balcón de Débora, en Granada. Su decoración monstruosa levanta las miradas de todo el que pasa estos días por allí. Lo mejor es que tardan muy poco en conseguir estos escenarios terroríficos, al nivel, ya, de los que podemos encontrarnos en América, o Reino Unido, donde esta tradición lleva arraigada más tiempo.

Cada año hay menos que envidiarles. Eso sí, ¿se atreverán los más pequeños a llamar a sus puertas para pedirles truco trato...?