Cuando el pasado jueves la administrativa de la Iglesia de San Pedro en La Felguera volvió al templo, le sorprendió un olor a quemado. Aunque en un primer momento pensó que podría tratarse de una vela, cuando se acercó al altar comprobó que la parroquia había sido profanada: el mantel del altar había sido quemado, los libros litúrgicos se encontraban destrozados por el suelo, dos micrófonos fueron robados y un tercero arrancado, según ha detallado Ángeles Mortera al diario 'La Nueva España'.

Con lo que seguramente no contaban los profanadores es que su acción estaba siendo captada por la cámara de seguridad del templo: gracias a esta grabación se sabe que fueron cuatro chicas jóvenes las que la llevaron a cabo y han sido reconocidas por la administrativa. "Estuvieron una primera vez a las 10.30 de la mañana, una hora y media antes. Las saludé y les pregunté si querían algo, pero me dijeron que solo deseaban visitar la iglesia", cuenta Mortera al periódico.

Según la cámara de seguridad, las jóvenes volvieron pasado el mediodía y se dirigieron directamente al altar, donde estuvieron cerca de 20 minutos provocando los destrozos, que según han estimado en el altar y libros alcanzan los 600 euros, a lo que hay que sumarle el arreglo de la pared, ya que el fuego ha provocado un desconchón. "Lo habíamos renovado hace poco y tendrá que venir otra vez el restaurador a repararlo. No es ninguna tontería", ha declarado el párroco de la iglesia, José Antonio Couso, al periódico asturiano.

Ahora la policía investiga las imágenes para localizar a las cuatro jóvenes, y aunque Couso señala que hasta que no las cojan no se sabrá la razón que motivó esta profanación, Mortera apunta que "no había un ánimo de robar. Una de las chicas estaba hablando por el micrófono, se sentaban encima del altar y en un momento de la grabación también se les ve bailando, como burlándose".

Así mientras la policía lleva a cabo las pesquisas, el ambiente en La Felguera se ha visto enrarecido: "Los feligreses están asustados, preocupados y dolidos", puntualiza Couso.