El 'boom' de la comida preparada

El consumo de comida preparada se dispara: "Son cómodos, evitan la elaboracion y encajan con las estructuras familiares"

Los detalles Este tipo de productos han supuesto un antes y un después en los supermercados, que ofrecen todo tipo de alimentos para los ciudadanos, incluso opciones veganas, vegetarianas o para los que más cuidan su alimentación.

El consumo de comida preparada se dispara: "Son cómodos, evitan la elaboracion y encajan con las estructuras familiares"
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La falta de tiempo, la vagueza o la comodidad son algunos de los aspectos que han favorecido al 'boom' de la comida preparada, que ya se ha convertido en el día a día de muchos ciudadanos.

Este tipo de productos han supuesto un antes y un después en los supermercados, que ofrecen todo tipo de alimentos para los ciudadanos, incluso opciones veganas, vegetarianas o para los que más cuidan su alimentación.

Además de las múltiples opciones que ofrecen los establecimientos, este tipo de comidas puede consumirse en cualquier momento y en cualquier lugar.

Por su parte, Cecilia Díaz-Méndez, directora de Investigacion en Sociología de la Alimentacion de la Universidad de Oviedo asegura que "es lógico que haya aumentado": "Existen unos factores que explican el interés que hay hacia ese tipo de productos. Son cómodos, evitan la elaboración y encajan con las estructuras familiares".

"Ha aumentado el número de unidades unipersonales, casi un 30% de hogares de una persona. Es lógico que si tienes que preparar comida para ti mismo pierdas componentes sociales de la alimentación y que aumente entre gente que no tiene tiempo para cocinar", añade. Asimismo, destaca que "es muy tipico envacaciones".

Los establecimientos hosteleros sostienen que este sistema "está afectando" a la hostelería. "La gente que va a comprar allí no viene al restaurante, pero no es lo mismo", explica una trabajadora del sector. "Primero aportamos calidad humana y estás entre gente... No coges un tupper ni estás solo frente al ordenador o la tele. Además, hablas con el camarero o el vecino de mesa", indica.

"Es el hecho de que estás en un barrio. La gente no baja solo a alimentarse, baja a intercambiar palabras, a jugar una partida de ajedez. El restaurante no es solo comida, es la interaccón, algo que el supermercado... Ahí coges tupper y te encierras. Y si trabajas en casa y te quedas ahí, mal", sentencia.