Cántabra, feminista y periodista. Consuelo Berges lo tenía todo. Era una mujer adelantada a sus tiempos. Prueba de ello es que hoy en día tiene una asociación a su nombre "con un compromiso firme en la lucha por la igualdad de oportunidades para las mujeres, y la defensa de sus derechos fundamentales". Es, básicamente, lo que defendió ella durante su trayectoria periodística. Tanto en su etapa inicial, cuando publicó en el diario santanderino “La Región”, como en su etapa en Perú y Madrid.

A Perú se fue en 1927. De allí se mudó a Argentina y colaboró con diferentes medios. A los años, volvió a España "atraída por la República", según sus propias palabras. De la mano del periódico madrileño “El Sol” defendió, entre otras cosas, el voto femenino siguiendo la máxima de su amiga Clara Campoamor. Esta ferviente defensa le llevó al exilio en 1939. Hasta Francia, para ser exactos. A su vuelta a España, Berges tuvo prohibido ejercer de maestra y periodista. Se pasó, entonces, al mundo de la traducción.

"Fue la primera traductora española que logró que le fueran reconocidos los derechos de traducción", destaca la entidad que lleva su nombre y que presume de todas las distinciones que alcanzó la periodista. Entre ellas, la fundación de la Asociación Profesional Española de Traductores e Intérpretes (1954), su distinción como Socia de Honor del Instituto Francés de Madrid y de la Asociación de Mujeres Universitarias, así como su reconocimiento como Personalidad Montañesa en 1983.

Así, Berges sigue protagonizando la lucha feminista desde su organización, que pone en el centro a las mujeres. Recientemente lo ha hecho a través de una exposición 'Enfocadas'. La muestra da a conocer a mujeres anónimas que desempeñan cada día su trabajo en un sector "poco habitual" para las mujeres y también pone en valor el trabajo realizado con la cámara por mujeres que han pasado por alguno de los servicios de la Asociación Consuelo Berges. Pero no es lo único que han hecho. El año pasado, desde la asociación pusieron en marcha un programa dirigido a las mujeres sufren o han sufrido violencia de género y sus hijos.

"Salí cuando vi el plan de Pablo de Rojas"

Habla la monja huida de Belorado: "Tenía que salir para no pertenecer a esa secta"

Sor María Amparo, la clarisa que salió de Belorado por no estar conforme con el cambio que estaba realizando la comunidad, ha hablado por primera vez y ha asegurado que necesitaba salir de allí para "no pertenecer a esa secta".