La ONG Save the Children ha conmemorado el día del Niño recreando zonas de guerra en varios parques de Madrid, Barcelona y Bilbao para poner de manifiesto el "peligro que viven millones de niños en todo el mundo", han explicado sus responsables.

Un kalashnikov de 14 metros de largo, campos de minas, restos de explosivos y trincheras junto a columpios y toboganes en los que juegan varios menores reflejan, a través de esta iniciativa, la situación que viven los pequeños en algunos países. En función de los datos aportados por la ONG, durante 2016 los conflictos armados mataron, mutilaron o forzaron a convertirse en soldados a 15.500 niños.

Parque convertido en zona de guerra

En este sentido, ha denunciado que, en zonas como Somalia o Siria, el reclutamiento de niños para combatir en guerras se duplicó con respecto al año anterior, con 1.915 y 851 casos respectivamente. En Afganistán murieron más de 3.500 niños, el número más alto de muertes de menores registradas.

"Los conflictos armados no sólo matan o mutilan a los niños, también les dejan secuelas psicológicas para toda la vida, y son testigos de todo tipo de atrocidades, pierden a seres queridos, quedan expuestos al hambre y enfermedades, no pueden ir al colegio y en ocasiones son víctimas de abusos sexuales", denuncia Save the Children.

Asimismo, ha alertado de que "muchas de las armas que se usan en estas guerras vienen de países como el nuestro". Según ha indicado, en función de los datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, "España es el tercer mayor exportador de armas a Arabia Saudí" y la coalición liderada por este país "destina gran parte de su armamento militar al actual conflicto de Yemen, en el que durante los dos últimos años han muerto más de 4.000 niños".

Save the Children tiene abierta una petición online al ministro de Exteriores para solicitar, entre otras cosas, que se "suspenda de forma inmediata la transferencia de armas a cualquier país que las destine a conflictos armados".

Asimismo, se solicita incrementar "de manera significativa" el apoyo financiero de España a la respuesta humanitaria en países en conflicto, con prioridad las intervenciones en materia de educación y protección a la infancia. También emplaza a "pedir a las partes en conflicto de los distintos Estados donde se están produciendo guerras que paren los ataques a escuelas, hospitales y cualquier objetivo donde pueda haber menores y que permitan el acceso de la ayuda humanitaria".