Estrés en vacaciones
Competición en vacaciones: la "cultura del rendimiento" o la lucha por conseguir el mejor sitio en la playa
Los detalles El mar o las piscinas, en lugar de ser lugares donde descansar, se han convertido en los escenarios de batallas campales entre visitantes.

Resumen IA supervisado
Las vacaciones, definidas por muchos como un periodo de "tranquilidad" o "desconexión", pueden resultar estresantes debido a las altas expectativas de aprovechar al máximo el tiempo libre. Según una antropóloga del turismo, la cultura del rendimiento se traslada al ocio, generando situaciones como la competencia por los mejores lugares en la playa. Este fenómeno, impulsado por la validación social, lleva a muchos a madrugar para asegurar su sitio. Aunque estas prácticas son comunes en destinos turísticos como España, predominan entre turistas extranjeros, quienes aportan significativamente a la economía. Sin embargo, la masificación turística plantea la necesidad de adaptar servicios y recursos.
* Resumen supervisado por periodistas.
"Tranquilidad" o "desconexión" son algunas de las palabras que definen las vacaciones para muchos. Sin embargo, este periodo resulta más estresante de lo que parece para algunos viajeros.
"Existen grandes expectativas por parte de los turistas para aprovechar al máximo las vacaciones. No hemos abandonado esa cultura del rendimiento que tenemos durante todo el año, incluso lo llevamos al ocio", asegura una antropóloga del turismo.
La llegada a la playa, en lugar de ser disfrutada por descansar entre el mar y la arena, se ha convertido en una batalla campal por conseguir los mejores sitios y hamacas.
Es por ello que muchos prefieren sacrificar horas de sueño y madrugar para ser los primeros en elegir sitio.
"Es también una cuestión de validación social, si todos lo hacen, es lo que debo hacer", añade la profesional.
Pese a que este tipo de actividades se realizan en países de mucho turismo como España, la mayoría de sus 'jugadores' son extranjeros. Y aunque a veces pueden generarnos dolores de cabeza, todo se pasa cuando los cerca de 1.000 millones aportan unos 1.400 euros al país por sus vacaciones.
"Prima la cantidad de turistas que visitan nuestro país, a la calidad turística que se les ofrece una vez aquí", dice una consultora turística.
Es cierto que hay lugares estrella que todo viajero quiere visitar y aquí es donde nace el problema de la masificación, por lo que habría que "adaptar los servicios, los horarios y la disponibilidad de recursos".