El 40% de los ciudadanos cogen el móvil a diario para meterse en la banca digital, un 35% consulta así el saldo y un 26% hace compras electrónicas. Aún así, el 60% reconoce que le falta conocimiento a la hora de evitar estafas. Una de las máximas, ante este tipo de situaciones, es que el banco nunca te pedirá la contraseña por SMS, correo electrónico o WhatsApp, a pesar de que el 20% piense que es posible. Lo cierto es que esta es la técnica más empleada por los estafadores, quienes se aprovechan del aumento de confianza en el comercio electrónico.

Las cifras son claras: las compras online han crecido en España un 30% en las primeras rebajas del año. En la calle son conscientes de ello, pero creen que toman las precauciones adecuadas. "Suelo comprar en lugares seguros. Páginas extrañas, nada", sostiene un vecino en la calle. "Yo tengo una tarjeta con saldo limitado para las compras por internet porque me da miedo", añade otra. El último informe de la patronal bancaria CECA advierte que debemos ser aún más precavidos. Regla número uno: al comprar online, debemos acceder siempre a la web mediante la URL oficial y nunca a través de mensajes cortos.

Rocío López, directora de Gral. Tecnología ING, insiste en que es importante comprobar que la página es fiable. "Que no metemos datos de tarjetas directamente en la página, sino que nos proporcionan pasarelas de pago seguras y oficiales, y nunca autorizar el uso de la tarjea para un uso diferente al que autorizamos en ese momento", añade. Pero los ciberdelincuentes están siempre al acecho.

Ana ha sido víctima reciente de un intento de phishing. Es decir, recibió varios mensajes e incluso llamadas de alguien que suplantaba la identidad de su banco. "Lo hacen muy bien. Me pilló un poco distraída y ya cuando me pidieron que operara, que hiciera una transferencia al mismo tiempo que ellos estaban conmigo hablando... ahí ya me di cuenta y dije 'no, no, mi banco nunca me pediría que hiciera esto'", cuenta ella misma. Reaccionó a tiempo, avisó al banco y desde allí bloquearon todas sus cuentas y tarjetas hasta que comprobaron que había pasado el peligro.

"Tenemos que estar muy atentos cuando recibamos llamadas o mensajes que no esperamos, nunca proporcionar ninguno de estos datos y, si sospechamos, alertar a la entidad", señala López. Según el informe de CECA, los más jóvenes son los que más seguros se sienten al operar online, pero ese exceso de confianza –alertan- puede convertirse en un riesgo adicional.