El Ayuntamiento de Riba-roja d'Ebre ha tenido que cerrar cautelarmente la piscina municipal después de sufrir "reiterados episodios de defecación" en los últimos días, informa el consistorio.

De esta manera, el consistorio pretende garantizar la salud pública de los usuarios, para lo cual ha tomado medidas de urgencia como controlar nominalmente las entradas y salidas del recinto, colocar detectores de orina en el agua de la piscina y pedir la colaboración de personas voluntarias y anónimas que se encargan de vigilar las instalaciones mientras la piscina está abierta.

El Ayuntamiento de Riba-roja d'Ebre explica en un comunicado que está estudiando instalar cámaras de videovigilancia en el recinto para acabar con la "desagradable situación" e identificar al autor o autores de incidentes futuros.

El consistorio avisa que este "comportamiento grosero" representa un atentado contra la salud pública y puede ser constitutivo de delito penal y motivo de sanción de acuerdo con el ordenanza municipal de civismo.