Mejor de lejos que de cerca
A la caza de la foto del oso: advierten de los riesgos del 'turismo osero' tras el aumento de su población en España
Los detalles Después de estar casi extinguido, el oso se ha recuperado y se ha convertido en una atracción turística. En la zona del Pirineo se han alcanzado casi los 100 ejemplares; en la Cordillera Cantábrica hay unos 400.

Resumen IA supervisado
Treinta años después de estar en peligro de extinción, la población de osos en España ha crecido significativamente gracias a las políticas de conservación, alcanzando 100 ejemplares en el Pirineo. Sin embargo, el aumento de esta población ha atraído un turismo que, en ocasiones, se aproxima demasiado a los osos, buscando fotografías cercanas, como advierte Marc Alonso de la Asociación Depana. Las expediciones para avistar osos deben seguir normas estrictas para no interferir en su hábitat, según Mariá Serrat, guía ambientalista. Los expertos, como María Párraga de la Fundación Oso Pardo, aconsejan retirarse lentamente si se encuentra un oso y piden que las administraciones regulen el turismo osero. En la Cordillera Cantábrica, el número de osos se acerca a 400, aumentando el riesgo de ataques, por lo que se recomienda establecer mecanismos de indemnización y evitar que los osos busquen comida fácil. En Rumanía, donde los osos están demasiado humanizados, el Gobierno multa a quienes los alimentan.
* Resumen supervisado por periodistas.
Treinta años han pasado. Tres décadas desde que el oso estuviera en peligro de extinción en toda España. Gracias a las políticas de conservación esto ha quedado en el pasado, y población de esta especie alcanza ya los 100 ejemplares tan solo en la zona del Pirineo. Tal es que ahora atraen al turismo... a pesar del evidente riesgo que supone acercarse mucho a estos animales.
Pero hay quien no lo ve así. Hay quien va a la caza de la foto del oso. Quien, como dice Marc Alonso, especialista en osos de la Asociación Depana, "busca una imagen más cerca, más grande". Hay quien, por esto, se acerca demasiado a unos mamíferos a los que es mejor tener lejos.
Y es que su mera presencia atrae al turismo. Hay incluso expediciones organizadas para seguir su rastro, avistarlos y fotografiarlos. Eso sí, todo siguiendo unas normas. "Las observaciones se hacen a distancias grandes, a centenares de metros. Son grupos muy pequeños para interferir lo menos posible", informa Mariá Serrat, guía ambientalista de oso pardo.
Según cuentan los expertos, en el 99% de los casos los osos huyen en cuanto nos ven. Eso sí, durante la primavera, cuando las hembras están en celo o con sus cachorros, encontrarse a este animal podría acabar mal.
¿Qué hacer ante un oso?
"Hay que retirarse muy despacio. No hacer nunca aspavientos y no tirarles piedras o gritar", explica María Párraga, de la Fundación Oso Pardo.
Y es que la especie está en plena expansión, y viendo esta nueva situación y este llamado 'turismo osero' los expertos ya piden que las administraciones se impliquen y lo regulen todo para "ver a los osos a distancia y sin ningún problema", cuenta Alonso.
"Que las administraciones se pongan de acuerdo y en el futuro hagan unos protocolos de observación", dice Serrat sobre estas posibles normas para el avistamiento de osos.
Porque lo que se busca es que tanto osos como humanos puedan coexistir. Porque si en el Pirineo hay 100 ejemplares en la Cordillera Cantábrica su número se acerca a los 400. El riesgo de ataques, cada vez mayor.
"Hay que establecer un buen mecanismo de indemnización cuando estos ataques ocurren y hay que trabajar en que esos osos jóvenes que no temen al ser humano no busquen recursos de comida fácil", dice Párraga.
En Rumanía, donde los osos ya se han humanizado demasiado, el Gobierno multa con 1.200 euros a los que les dan de comer.