Aunque la venden como una mejor amiga, Cayla se ha convertido en la peor enemiga de la seguridad de los más pequeños.

"Graba todas las conversaciones que se tienen en la intimidad familiar, datos muy significativos que pueden usarse de una manera torticera y pueden causar daño", afirma Ileana Izverniceau, Portavoz de la OCU.

Motivo por el que Alemania, donde la muñeca fue un éxito total de ventas, ha ordenado retirarla del mercado y ha pedido a todos los compradores que sean responsables y que la desactiven inmediatamente.

Su micrófono y la conexión bluetooth convierten a este juguete, supuestamente apto para niños y niñas de más de cuatro años, en un posible instrumento de espionaje contrario a la ley y que permitiría a cualquier persona escuchar y grabar la conversación que se mantenga con ella sin necesidad de estar presente.

"Es muy probable que sea una falta de inversión en seguridad o una excesiva prisa por sacarla al mercado con esta funcionalidad", comenta Pablo San Emeterio, CSA en Elevenpaths (Telefónica)

Desde la distribuidora en España aseguran que hace ya un año no trabajan con ella, que se devolvieron porque fue un fracaso y que es prácticamente imposible comprarla. Pero en Internet bastan dos minutos para encontrarla.

En solo unas horas, el equipo de laSexta Noticias consigue tener a Cayla en sus manos, y precisamente, podría haber grabado todo lo que han dicho.

Según la OCU, es un producto que debería estar prohibido en toda Europa, no sólo por las condiciones que te obliga a aceptar, sino porque vulneran dos directivas comunitarias: la de contratos y la de protección de datos.