Las imágenes de un nuevo caso de brutalidad policial en Brasil han causado indignación en todo el mundo. En el vídeo extendido en redes sociales, que se puede ver en el 'play' principal de esta noticia, se muestra cómo dos policías asfixian a un hombre con gas lacrimógeno.

Las autoridades inmovilizaron al hombre en el coche patrulla atrapándole las piernas con la puerta del maletero y comenzaron a gasearlo. No se detuvieron ni siquiera ante sus gritos desesperados.

Quienes ven la escena no dudan en gritar. "Van a matarlo", se puede escuchar mientras las piernas del hombre, que cuelgan del maletero, comienzan a dejar de patalear lentamente. Aún así, los dos policías continúan empujando la puerta mientras la cantidad de gases que hay en el interior del vehículo es tan grande que rodea toda la parte trasera.

El hombre se llamaba Genivaldo. Tenía 38 años, y su mujer, María, fue testigo de esta cruel escena mientras suplicaba a la Policía que lo liberaran. Incluso les explicó que tenía una enfermedad mental, pero ellos llegaron a contestarle que ahí dentro estaba mejor.

Genivaldo circulaba con su moto cuando unos agentes de tráfico lo pararon para cachearlo. Se puso nervioso, y los agentes lo arrestaron inmovilizándolo de pies y manos en el suelo. Instantes después, lo meten en el maletero y gasean el coche cerrando todas las puertas.

La víctima no iba armada. De hecho, solo llevaba encima unos medicamentos, según la prensa local. "Tenía un problema mental pero no tuvo nunca peleas con nadie", ha explicado su hermano.

Una salvaje actuación policial que ha desatado una ola de indignación y protestas en el país. Incluso el presidente Bolsonaro se ha sumado a las críticas. Las autoridades investigan el caso y ya han apartado a los dos agentes implicados.