Lucha contra el fuego

Los bomberos, impotentes al no poder extinguir el incendio de Jarilla (Cáceres): "Es un monstruo, no se puede parar"

Los detalles En las últimas horas, las malas condiciones de visibilidad han impedido a los medios aéreos sobrevolar el incendio, por lo que la Guardia Civil ha tenido que monitorizarlo con drones equipados con cámaras térmicas.

Efectivos de la UME en el incendio de Jarilla.
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El incendio de Jarilla (Cáceres) es uno de los que más preocupa a las autoridades este martes. Lo es, en buena parte, porque la nubosidad generada por el humo ha impedido a los equipos de extinción sobrevolar la zona en las últimas horas, tanto para supervisar el avance de las llamas como para efectuar descargas de agua con medios aéreos.

Por ello, en las últimas horas los agentes de la Guardia Civil solo han podido monitorizar el incendio con drones. Las cámaras térmicas de última generación con las que están equipados estos vehículos no tripulados permiten detectar las zonas calientes y la dirección en la que se propaga el fuego, incluso en la más absoluta oscuridad.

Esa información la reciben en tiempo real los equipos de extinción en tierra para tratar de debilitar las llamas, aunque las condiciones meteorológicas no han permitido frenar el avance de un incendio que cada vez quema más hectáreas.

"Tenemos mucha impotencia y mucha rabia, porque no se puede parar, es que es un monstruo", asegura el bombero forestal Álvaro García desde el Puesto de Mando Avanzado. Una impotencia que es aún mayor teniendo en cuenta el enorme esfuerzo que los bomberos están haciendo en la zona. "Estamos haciendo 12, 14 o 16 horas... hemos estado allí arriba unas 30 personas trabajando", añade Álvaro García.

De hecho, el fuego se está atacando este martes con el mayor despliegue aéreo hasta la fecha, y 25 aviones están participando en las tareas de extinción una vez recuperada la visibilidad.

En total, hay 15.500 hectáreas afectadas en un perímetro de 150 kilómetros que ya afecta a Castilla y León a través del término municipal de Candelario (Salamanca), a donde ya han pasado las llamas y se ha decretado el nivel 1 de peligrosidad.