Oficina Nacional contra las Violencias Sexuales

Troleo sexual, pornovenganza o 'deepfakes': las 12 variantes que adopta la violencia digital contra las mujeres

El contexto El nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de Género establece entre sus medidas crear indicadores y compilar datos de todo el abanico de violencias contra las mujeres en entornos digitales.

Imagen de archivo de una asistente digital virtual ('chatbot') para ayudar mujeres víctimas de la violencia machista.Imagen de archivo de una asistente digital virtual ('chatbot') para ayudar mujeres víctimas de la violencia machista.Agencia EFE
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La violencia machista muta y busca nuevas formas de someter a las mujeres a través de la tecnología. España se ha comprometido a legislar para detectar, combatir y castigar las distintas formas de violencias digitales, sobre las que ya investiga el Ministerio del Interior.

A través de su Oficina Nacional contra las Violencias Sexuales (ONVIOS), Interior ha identificado hasta 12 variantes que adopta la violencia digital contra las mujeres, entre ellas el troleo sexual, la pornovenganza o el 'deepfake' sexual.

El nuevo Pacto de Estado contra la Violencia de Género define la violencia digital de género como "todo acto de violencia contra las mujeres cometido con la asistencia, en parte o en su totalidad, del uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, o agravado por este, como los teléfonos móviles, internet, plataformas de medios sociales o correo electrónico, dirigida contra una mujer por el hecho de serlo".

El Pacto, aprobado en 2025, establece entre sus medidas crear indicadores y compilar datos estadísticos de todo el abanico de violencias contra las mujeres en entornos digitales, así como tipificar como delito los distintos supuestos de ciberdelincuencia de género.

El departamento de Fernando Grande-Marlaska creó la oficina ONVIOS con el objetivo de impulsar la formación, concienciación y sensibilización en torno a las violencias sexuales y de constituir un observatorio para generar conocimiento desde la investigación científica.

"Las tecnologías amplifican la exposición, el impacto y la permanencia del daño, generando consecuencias devastadoras para quienes lo sufren. Conductas de acoso, amenazas, chantajes o difusión de imágenes íntimas sin permiso, que se utilizan para dañar, controlar o humillar a la víctima. Aunque se produzca online, sus efectos son similares a los de la violencia fuera de línea: miedo, ansiedad, vergüenza, pérdida de control sobre la propia imagen y, en muchos casos, graves consecuencias sociales y personales", explica ONVIOS.

Entre las distintas manifestaciones de la violencia machista digital ya identificadas por ONVIOS se encuentra el ciberacoso sexual, mensajes sexuales no deseados y repetidos; sexting coercitivo, presión para compartir contenido sexual bajo coacción; o la sextorsión económica, forzar la producción de contenido sexual por dinero.

Además, también recoge otros términos como el doxting sexual, publicación de datos personales con contenido sexual; grooming, ganar la confianza de menores con fines sexuales; o el troleo sexual, ataques colectivos con comentarios sexuales ofensivos.

Otras de las violencias digitales que se están empleando son el 'deepfake' sexual, creación de contenido sexual falso mediante inteligencia artificial; espionaje digital, uso de tecnología para espiar y controlar; pornovenganza, publicación no consentida de contenido sexual; captación no autorizada, toma de fotos o vídeos sin consentimiento; sextorsión, amenazas de difundir imágenes íntimas a cambio de favores; e intervención de terceros, grabación y difusión de agresiones sexuales.

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