Daniel y Sonia fueron detenidos por la Policía Nacional tras arrojar a su hija recién nacida al río Carrión, situado en el municipio palentino de Husillos. Tras dar varias versiones sobre lo ocurrido, finalmente acabaron confesando y los agentes encontraron el cuerpo sin vida en el fondo del río.

Según ha podido saber laSexta, el informe forense ha desvelado que la pequeña nació viva y, posteriormente, fue arrojada al río en una bolsa de viaje, lastrada con piedras.

La pareja ya ha pasado a disposición judicial y, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, se ha acogido a su derecho a no declarar. Por su parte, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 7 de Palencia ya ha ordenado prisión provisional, comunicada sin fianza para los dos.

La pareja dio tres versiones distintas y finalmente confesó que el cuerpo estaba en el río

Las autoridades tuvieron conocimiento de los hechos este domingo, tras recibir la llamada de un centro de salud que informaba de que los sanitarios estaban atendiendo a una joven que manifestaba que acababa de dar a luz, pero desconocía dónde se encontraba el bebé.

Entonces, cuando los agentes se personaron en el centro, aseguró que había tirado a la pequeña a un contenedor. Si bien, esta primera versión fue variando durante la noche, al mismo tiempo que los agentes inspeccionaban más de 40 contenedores de la zona.

Al ser trasladada a la comisaría, la joven, de 23 años, aseguró que ella y su pareja enterraron el cadáver en el monte El Viejo, pero tampoco era cierto. No fue hasta entrada la madrugada cuando ambos confesaron que el parto se produjo el 28 de enero y arrojaron al bebé al río Carrión, donde finalmente el cadáver fue localizado.

Los mensajes previos al día de los hechos

Días antes de lo ocurrido, Daniel publicó extraños mensajes en sus redes sociales, que hacían alusión al río Carrión y a su pareja. "Como el río Carrión, vamos dejando anécdotas y torres sobre el agua de esta Palencia de silencio y ternura jamás imaginada, reducida a unas casas y a dos torres torres", escribía.

"Ojalá ella tampoco tenga miedo de arder en este infierno, rehacer el presente sobre las cenizas de un pasado que ya nunca nos volverá a alcanzar. Seremos los dueños de nuestro mañana, los únicos que puedan decidir a dónde lleva esto. Ojalá ella sea futuro, ojalá uo sepa cómo mantenerme en el sueño", continuaba el escrito.